La esquina del Padre Sierra, una
de las pocas aristas que mantiene su nombre desde la época de la colonia. Ya que allí tenía su casa el bachiller Joseph de
Sierra en 1766, quien era el capellán de las Monjas Concepción.
Refieren las crónicas que el mencionado capellán ejerció labores humanitarias; de allí la
permanencia en el tiempo en las mentes de los feligreses que le daría nombre a esta esquina hasta
nuestros días.
Pero es muy lamentable saber; que precisamente en esta esquina;
viviría su infancia y juventud
antes de partir para España; allá por los años 1771; el Generalísimo: Sebastián Francisco de
Miranda Rodríguez, hijo de esta sultana del Ávila… precursor de la
independencia americana.
La tradición nos remonta al año 1759, justo en esa casa vivía don
Fernando Mejías. Hasta que en 1762 la adquirió don Sebastián de Miranda,
fijando su residencia en ese lugar y acondiciono espacios
para establecer allí su tienda de amasijo y mercería.
De allí partió Francisco a los 21 años; hacia otros horizontes, luego de
pasar por la desagradable experiencia de que el orgullo y los intereses
políticos de los mantuanos vetaran a su padre cuando quiso ser capitán de las
Milicias de Blancos de Caracas, porque ser comerciante, e
isleño (nativo de Las Islas Canarias). Era motivo de conflictos sociales que promovieron la causa
Independentista venezolana, en el
cual Francisco de Miranda tuvo mucho que ver, y dentro de las contradicciones
de la realidad, los hijos que rechazaron a don Sebastián de Miranda fueron los encargados de
aclamar al hombre de pensamiento
universal.
Su casa de habitación en
Inglaterra fue visitada en 1810
por el joven Simón Bolívar, Andrés Bello
y Luis López Méndez. Aquella conjunción
increíble marcó la hora cumbre del
nacimiento de Venezuela.
Pero volviendo a su residencia en
Caracas, a finales del siglo XVIII; la
casa fue vendida por su padre;
probablemente de allí el por qué
no! se perpetuo en el tiempo, esta casona.
Cortesia: CARACAS EN RETROSPECTIVA |
Fue utilizada como posada y como
almacén de comercio al por mayor de café y cacao. Hasta que lamentablemente fue demolida
borrando geográficamente e históricamente el vínculo de la casa
que acogería a la familia del generalísimo Francisco de Miranda.
Para levantar un edificio que se llamaría Padre Sierra.
En esta esquina del Padre Sierra; funciono en la época del presidente
Guzmán Blanco la imprenta de “El
Venezolano”.
Y el convento de las Monjas Concepción demolido para levantar el palacio
Federal por los años de 1872; actualmente Asamblea Nacional.
La calle que atraviesa el Capitolio se llamó anteriormente calle del
Comercio, pero el pueblo había bautizado la esquina con el nombre de padre
Sierra en honor al capellán que vivió en ese sitio en los lejanos tiempos de la
colonia. A pesar de que allí también vivió su adolescencia y juventud
el Generalísimo Francisco de
Miranda. ¡Cosas de la vida!...No obstante su apellido figura en el arco del triunfo de la heroica ciudad
de Paris – Francia. Y en Londres se
mantiene su lugar de habitación como sitio ineludible para el venezolano que
visite esos lares.
Aquí en su ciudad natal no existe,
en esta esquina; un monumento que
recuerde la memoria de nuestro héroe confinando al olvido al caraqueño
universal.
Prevaleciendo la devoción
ferviente típica de la época colonial.