Así le llamaban los lugareños al sitio para abordar el
Ferrocarril que les llevaría a la
Guaira, inaugurado el 25 de julio
de 1883. “La historia de esta línea férrea - escribe Eduardo Arcila Farías - se
remonta a 1834, el proyecto fue presentado al gobierno por un comerciante londinense, de apellido Stevenson, probablemente hijo, de George Stephenson,
quien construyó la primera locomotora “La Blücher” llamada así en honor del mariscal
prusiano que se destacó en las guerras napoleónicas. La máquina entró en
operación en Killingworth, en 1814. Y
cuyo apellido pudo haber equivocado al escribir don Manuel Cagigal. El ingeniero Robert Stephenson estuvo en
Venezuela hacia 1827 con Richard Trevithick, constructor de la primera
locomotora sobre rieles, ambos estudiaron la posibilidad de abrir una vía
férrea que comunicara a Caracas con su puerto litoralense.
Veinte y siete años después, en 1854, el presidente
José Gregorio Monagas decretó la construcción del ferrocarril que uniera a La
Guaira con Caracas, Valencia y Puerto Cabello, pero este plan no se
materializó. El general José Tadeo Monagas sucedió a su
hermano José Gregorio, y se vuelve a pensar en el ferrocarril, en abril de 1856,
el Congreso autoriza al Ejecutivo para contratar este medio de transporte, que
debía llamarse “Ferrocarril Central”, por
tomarse en cuenta que se desplegara hasta el estado Carabobo. De todo este
proyecto, se construyó un kilómetro en
las cercanías de Puerto Cabello.
En 1867, Blas Bruzual, discípulo del matemático
Cagigal y quien ejercía el cargo de Ministro de Venezuela en los Estados
Unidos, firmó contrato con una empresa norteamericana para ejecutar el proyecto
del tren de La Guaira, “los compromisos contraídos en este documento ni
siquiera se iniciaron – continúa Arcila -, pues la República entró en un
periodo de agitaciones que culminaron
con la llamada Revolución Azul y el derrocamiento del gobierno de Juan
Crisóstomo Falcón”.
Por iniciativa del general Antonio Guzmán Blanco,
hacia 1873 fueron emprendidos nuevos estudios
para construir, además de la línea, las estaciones del tren. Hasta que finalmente en 1881, el gobierno
firma con la compañía londinense James
Perry & Co. Por un monto de doce
millones de bolívares, la línea mediría 38 kilómetros de longitud, con 8
túneles, 3 viaductos, además de puentes y alcantarillas.
El historiador y cronista, Luis Enrique
González, con su magistral pluma nos relata sobre los días previos a la
inauguración del ferrocarril y los acontecimientos que sucedieron: “La pre
inauguración se realizó el 27 de junio de 1883, cuando el primer vagón con su
columna de humo, el trepidar de sus ruedas de acero sobre los rieles y su agudo
silbato, ascendió a la montaña, se presentó a las cuatro y quince del mismo día
en la estación de Caño Amarillo. Los
periódicos publicaron abundosos detalles del acontecimiento. El 29 de junio fue
la entrega oficial e inmediatamente comenzó a funcionar como servicio público”.
Postal de la Estación Caño Amarillo, frente a la Residencia del Presidente Joaquin Crespo |
A las 8 y 10 de la mañana
del día 25 de julio del año en curso, partió de la estación de Caracas un tren del ferrocarril, abordo se encontraba el Presidente Guzmán
Blanco, su familia, autoridades gubernamentales, representantes de la compañía
operaria, ingenieros de la obra y otras personalidades. Con breves minutos de
intervalo salieron dos trenes más trasladando señoras, señoritas y caballeros,
asistiendo a la inauguración oficial del ferrocarril con motivo al “Centenario
del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar”. A su llega a La Guaira dos bandas
de música, la del vapor de guerra norteamericano “Tennessee” y la Banda Marcial
de la “Sociedad Mutuo Auxilio” reciben al mandatario y sus invitados.
En 1884 amplían la calle que
conduce a la estación “Caño Amarillo”, embaulándose parte de la quebrada del Caroata
entre el mirador del Calvario y la Estación. Luego en 1889, se construyó el túnel
ferrocarrilero bajo el Calvario, y los trenes del Gran Ferrocarril de
Venezuela, que hasta entonces tenían su estación en Palo Grande, consiguiendo
llegar hasta una nueva estación construida frente a la del Ferrocarril de la
Guaira.
Para 1914, el ferrocarril Caracas - La Guaira
incrementa los beneficios en las exportaciones, y se convierte en excelente
medio de transporte con tecnología eléctrica
durante el primer mandato del general Eleazar López Contreras, pero
lamentablemente entra en decadencia, bajando tanto el valor de los pasajes, que no podía mantenerse su infraestructura y sus
gastos de servicio. La razón del debacle de la obra tan esplendida a nivel de vías de
comunicación que le costó tanto dinero al Estado Venezolano se la debemos a la llegada del automóvil, que fue
relegando al tren a sólo pequeños tramos dentro del territorio venezolano, amén
de las influencias ejercidas por las corporaciones de automotores
transnacionales.
Viaducto Maiquetia - 1925 |