TU VOZ
A Mitsy Bornia, el día
de su cumpleaños
La
rosa abrió sus pétalos,
la
mariposa exhaló de amor la ceremonia,
La
lluvia llevó sonidos a la inmensidad del sueño….
Escucho tu sonido de voz en el
recinto del salón donde los coros armonizaron las tonales presencias de sus
sonatas y al fondo de los ventanales existe una espada de los caballeros
templarios, mientras la luna desdibuja los contornos de la noche y sobre el
piano como los siglos benditos de un poeta viajero está un libro viejo, al
final un espejo que muestra tu rostro como si los azules se hiciesen misterios
y los sonidos amores eternos. La manta de las ceremonias posee olor a bairrun y
gotas frescas de roció transforman las formas de aquel lugar donde están los símbolos
de tu consagración. En un lugar están los rostros y las verdades de la
confraternidad. Más aun de la luz y el sagrario de dueños de las creaciones góticas.
El libro es el guía de las memorias y en su vientre un triangulo describe las
formas geométricas de los versos. Estas allí en cada hoja, en cada siglo.
Entre el
libro se guardaron los pétalos rojos aun de la rosa que llevamos al concierto,
es tan roja su esencia que gritan los tiempos y de aromas se hace fragancia,
encantos de tu hermosura. Pureza de una ceremonia sagrada oculta de amor en un
lienzo. Entre los tiempos y el nacimiento de la bella luna con los mismos
aromas de la doncella al torneo de los caballeros. Fueron las letras doradas y
los emblemas quienes me mostraron aquel rostro entre las cartas de amor y la
divinidad de su cielo. Ahora me devuelvo
y en el espejo un mar de sonidos se viste por dentro, lleva flores, violetas y
un destellos de un girasol. Me devuelvo y entre la sonata de muchos siglos en
el piano hay un concierto. Vuelan palomas, gotas de lluvia adivinan los besos y miradas inmensas describen los sueños.
Entonces
tu mar, el mar de tu cuerpo se remonta en mármol como las noches de invierno,
se graba de ancestros tan sublimes y tiernos como las notas de aquel pentagrama
escrito en silencio en una noche muy lejos donde los dioses nos acompañaron
para hablarnos del cielo y tu traje de verdes eternos, esmeraldas y blancos
como una novia bendita cuando regalabas
de amor la eternidad de un beso. En la promesa de la luna y el esplendor de una
estrella.
Así lo
entendí, allí en el silencio del salón de los recuerdos. El aroma muy viejo del
madero del piano se convirtió en néctar de los pétalos de la rosa. Medité, en
aquel silencio que deja el tiempo. Muchas memorias se guardaron y las
palabras, esencias se tornaron en vinos
viejos y lagrimas, gota a gota como si de rocíos hubiese aprendido el candor de
su rostro. En el lugar; el espejo me mostró aun burilados su nombre y en la
silla de aquel recinto mágico estaba guardado el traje de la novia que un día
vistió para llegar hasta la ceremonia que dejaron las versificaciones. Y se
hizo catedral. Como el mármol, entre las ojivas donde un Dios arquitecto
purificó las verdades. Inmensidad de la pureza del ser. Encantos de la vida…
Los años han
pasado, el libro se lo regalé un día a un amigo viajero, solo me quedé con los
pétalos rojos de la rosa del invierno y una noche cuando me adentraba en mis
colores, volví a recordarle en aquel acto del salón de los encantos. Recordé
sus pies desnudos, si en su alcoba mirando las alegorías y sin preguntarme me
narraba los ecos; quizás desde Montmatre. Las horas del Sena, las noches
contemplando las aguerridas gárgolas de Notre Dame o a los pintores a la orilla
siempre del “Barrio Latino” con vestidos del azul, verdes, violetas y azucenas
después de las despedidas. Lo entendí cuando
me habló de sus ancestros, lo
entendí aquella noche en el salón del Piano, entre pétalos de rosas y un libro
viejo hacia la majestad verdadera de mis pensamientos. Aun sabiendo cuan lejana
cantaba la canción de amor en los destellos benditos de la esperanza.
Ahora me
devuelvo y la aurora despierta al sol, mañana pintaré su corazón en el último
lienzo…!Mientras las violetas destilaran el néctar de los tiempos¡ y sobre su
manta volveré a dibujar la luna cuando de amor se abrió el aniversario con los
aromas de la poesía con los encantos de su alma…
Volveré a pintar esta noche su rostro
inmenso de maja sagrada… para el caballero de las armaduras entre la solemnidad
de los años y la promesa descrita en el libro que se llevó el viajero poeta…
Escucho su sonido de voz. Porque mil
aplausos abren la ceremonia de los sueños… por tus felicidades… por tu mundo
eternidad de la flor… poetisa de las eternidades…
NESTOR MELANI OROZCO
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