LA VIRGEN DEL CONVENTO
Habíamos transitado por el
camino de los españoles como aun suele decírsele
a aquellas vías que se adentraron tantos años atrás en los testimonios narrados
por los abuelos. Más que eso la capilla de San José convertida en una especia
de espacio de concreto y los divinos Ángeles de madera, desaparecidos, el olor
de la quebrada nos anunció los tiempos y desde los misterios se dejaron saber
muy a lo lejos las siluetas blancas de las torres neogóticas de la iglesia del
padre Sandoval, aquella vieja de los #franciscanos, versiones manieristas.
Antigua capilla mayor del convento de Santa Clara
desde 1579. Donde Fray Luis de Maquena, y Augusto José de Angarita crearon los
testimonios evangelizadores de la mas augusta expresión de la cultura andina #tachirense.
La ruta se fue elevando a los estadios del ser y la vieja mina de yeso de los Díaz,
descendientes de #España del caballero de Bibar dejaba aun los áureos
testimonios de su cueva olorosa a la gestación de las piedras blancas. Allí la
casa vieja de las fiestas y la escuela donde doña Teresa de Gómez abrió los
secretos sagrados de una ilustración, camino de los andes, pregonera vía de los
españoles en la conquista del valle de los #Humogrias.
En la última curva la
casa de don Manuel Contreras el alumno del colegio seminario de Jáuregui y
discípulo eterno del eminente Acacio Chacón el primer arzobispo de #Mérida. Así
fue la caminata, desde la quebrada de San José hasta los linderos de la llamada
Loma del Trigo. Entre aromas, olor a cañas,
trapiches viejos. La Capilla de los Vega. Portal hacia los páramos, monte
grande o el mismo divisorio mirador de los pantanos. Donde don Luis Sánchez fue
un consagrado hortelano, tan parecido a los Vascos españoles que vinieron en
las búsquedas agrícolas de la colonización. Herencia sagrada. Desde allí encontramos
La Virgen. La misma que permaneció por dos siglos en la iglesia de los Ángeles.
Originaria pieza al temple, quien firma: “Anastasio Pernia 1698” casi entre las
evoluciones de la escuela del convento, aquella que creara Fray Fco. de
Orellana en 1580, el agustino prestado a los franciscanos. Y se extendiera la imaginería
hasta Pamplona la nueva o Mérida de Frescos en el convento de las clarisas. Aun
las huellas en el famoso mural al temple de “San Cristóbal” en el convento
franciscano de #Pamplona, quien mandó a realizar Juan Maldonado Ordoñez de
Villaquiran.
Hoy el inmenso Museo dedicado la más grande escultor
constructivista de #Colombia Eduardo Ramírez Villamizar afinidades perpetuas
con la talla de San Francisco de los frailes conservado, “Traspasado en su
arte” por la tosquedad; pero sobrevenido en la iglesia neogótica de los Ángeles de La Grita. Igualmente San Francisco de la iglesia del Carmen de San
Bartolomé del Cobre. En la obra San Antonio en sus manos lleva unos lirios, y
en la otra un libro y sobre el libro el niño santo que aun esta en el museo
religioso de Pamplona. Mientras San Juan apóstol sostiene la cruz de Cristo y
va leyendo evangelios de las sagradas escrituras. Y María con su bastón de
mando sostiene al niño, su hijo, mientras el rosario del reino cuelga en su
mano izquierda. Un aurea de sublime expresión hace los contornos, con el
delicado estadio de pequeñas profanaciones de alguien que intentó acomodar
ciertas formas del dibujo. Figuras entre la ingenuidad bendita y los
lineamientos de la época, propuesta a viejos retablos de consagraciones a la
creencia religiosa. Mantos y arremetidas soluciones plásticas después de los
años; una corona jubilosa imantada en
oros. Esta originalidad nos hace pensar de las mismas vírgenes la de la iglesia
de Lobatera, realizada en todas las posibilidades en el convento Franciscano de
Santa Clara de La Grita. La tabla del reino en la catedral de sal en #Bogotá. O
la aparecida en madera de la basílica de
#Maracaibo. Meditación que deberá realizarse y someter a grandes
investigaciones artísticas y de expertos conocedores del linaje plástico de
1600.
Mientras las sucesiones de la montaña, aparecen los
olores de los aceites y un sonido de la quebrada que cruza de los viejos
trigales desaparecidos. Han pasado los años y detrás de los tiempos quedará
revivir las gestaciones del Convento de La Grita del Espíritu Santo. Como una
de las huellas que trajo Francisco de Cáceres el refundador y la importancia de
una escuela que borraron por tan inmensos desconocimientos de las poderosas
expresiones de la cultura venida de Europa para realizar una conquista que se
quedó en los testimonios del Cristo de los Milagros y de esta virgen de
Chinquinquirà del reino. Como un testimonio del pasado. Arte y dignificación
religiosa.
Un olor a rosas nos invade y una plegaria hace los
sentidos en lo más sublime…
NESTOR MELANI OROZCO
SÉPTIMO
CRONISTA DE LA GRITA
Claro de Luna, 12 de agosto 2016.
Fuentes.
José Nucete Sardi. “LA PINTURA EN
VENEZUELA 1954”
Fidel Orozco. “ARCHIVO DE LOS
ELEMENTOS DE LA RELIGION EN LOS ANDES” 1962.
Lucas Castillo Lara. “SU VERSION DE LA
GRITA”
INVESTIGACIONES DE NESTOR MELANI
OROZCO 1984-2016
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