lunes, 15 de agosto de 2016


LA VIRGEN DEL CONVENTO
     Habíamos transitado por el camino de los españoles como aun  suele decírsele a aquellas vías que se adentraron tantos años atrás en los testimonios narrados por los abuelos. Más que eso la capilla de San José convertida en una especia de espacio de concreto y los divinos Ángeles de madera, desaparecidos, el olor de la quebrada nos anunció los tiempos y desde los misterios se dejaron saber muy a lo lejos las siluetas blancas de las torres neogóticas de la iglesia del padre Sandoval, aquella vieja de los #franciscanos, versiones manieristas. 

        Antigua  capilla mayor del convento de Santa Clara desde 1579. Donde Fray Luis de Maquena, y Augusto José de Angarita crearon los testimonios evangelizadores de la mas augusta expresión de la cultura andina #tachirense. La ruta se fue elevando a los estadios del ser y la vieja mina de yeso de los Díaz, descendientes de #España del caballero de Bibar dejaba aun los áureos testimonios de su cueva olorosa a la gestación de las piedras blancas. Allí la casa vieja de las fiestas y la escuela donde doña Teresa de Gómez abrió los secretos sagrados de una ilustración, camino de los andes, pregonera vía de los españoles en la conquista del valle de los #Humogrias.

       En la última curva la casa de don Manuel Contreras el alumno del colegio seminario de Jáuregui y discípulo eterno del eminente Acacio Chacón el primer arzobispo de #Mérida. Así fue la caminata, desde la quebrada de San José hasta los linderos de la llamada Loma del Trigo. Entre  aromas, olor a cañas, trapiches viejos. La Capilla de los Vega. Portal hacia los páramos, monte grande o el mismo divisorio mirador de los pantanos. Donde don Luis Sánchez fue un consagrado hortelano, tan parecido a los Vascos españoles que vinieron en las búsquedas agrícolas de la colonización. Herencia sagrada. Desde allí encontramos La Virgen. La misma que permaneció por dos siglos en la iglesia de los Ángeles. Originaria pieza al temple, quien firma: “Anastasio Pernia 1698” casi entre las evoluciones de la escuela del convento, aquella que creara Fray Fco. de Orellana en 1580, el agustino prestado a los franciscanos. Y se extendiera la imaginería hasta Pamplona la nueva o Mérida de Frescos en el convento de las clarisas. Aun las huellas en el famoso mural al temple de “San Cristóbal” en el convento franciscano de #Pamplona, quien mandó a realizar Juan Maldonado Ordoñez de Villaquiran. 

       Hoy el inmenso Museo dedicado la más grande escultor constructivista de #Colombia Eduardo Ramírez Villamizar afinidades perpetuas con la talla de San Francisco de los frailes conservado, “Traspasado en su arte” por la tosquedad; pero sobrevenido en la iglesia neogótica  de los Ángeles de La Grita. Igualmente  San Francisco de la iglesia del Carmen de San Bartolomé del Cobre. En la obra San Antonio en sus manos lleva unos lirios, y en la otra un libro y sobre el libro el niño santo que aun esta en el museo religioso de Pamplona. Mientras San Juan apóstol sostiene la cruz de Cristo y va leyendo evangelios de las sagradas escrituras. Y María con su bastón de mando sostiene al niño, su hijo, mientras el rosario del reino cuelga en su mano izquierda. Un aurea de sublime expresión hace los contornos, con el delicado estadio de pequeñas profanaciones de alguien que intentó acomodar ciertas formas del dibujo. Figuras entre la ingenuidad bendita y los lineamientos de la época, propuesta a viejos retablos de consagraciones a la creencia religiosa. Mantos y arremetidas soluciones plásticas después de los años; una  corona jubilosa imantada en oros. Esta originalidad nos hace pensar de las mismas vírgenes la de la iglesia de Lobatera, realizada en todas las posibilidades en el convento Franciscano de Santa Clara de La Grita. La tabla del reino en la catedral de sal en #Bogotá. O la  aparecida en madera de la basílica de #Maracaibo. Meditación que deberá realizarse y someter a grandes investigaciones artísticas y de expertos conocedores del linaje plástico de 1600.

       Mientras las sucesiones de la montaña, aparecen los olores de los aceites y un sonido de la quebrada que cruza de los viejos trigales desaparecidos. Han pasado los años y detrás de los tiempos quedará revivir las gestaciones del Convento de La Grita del Espíritu Santo. Como una de las huellas que trajo Francisco de Cáceres el refundador y la importancia de una escuela que borraron por tan inmensos desconocimientos de las poderosas expresiones de la cultura venida de Europa para realizar una conquista que se quedó en los testimonios del Cristo de los Milagros y de esta virgen de Chinquinquirà del reino. Como un testimonio del pasado. Arte y dignificación religiosa.


      Un olor a rosas nos invade y una plegaria hace los sentidos en lo más sublime…


NESTOR MELANI OROZCO
SÉPTIMO CRONISTA DE LA GRITA
Claro de Luna, 12 de agosto 2016.
Fuentes.
José Nucete Sardi. “LA PINTURA EN VENEZUELA 1954”
Fidel Orozco. “ARCHIVO DE LOS ELEMENTOS DE LA RELIGION EN LOS ANDES” 1962.
Lucas Castillo Lara. “SU VERSION DE LA GRITA”
INVESTIGACIONES DE NESTOR MELANI OROZCO 1984-2016

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